ENFERMEDAD

VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO

¿QUÉ PROVOCA EL VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO?

  • El virus del papiloma humano (VPH) puede infectar el área anogenital de mujeres y hombres.
  • Los tipos 16 y 18 de VPH son responsables de la mayoría de los casos de lesiones premalignas y cáncer de cérvix, vulvar, vaginal y anal.
  • Los tipos 6 y 11 son responsables de la mayoría de los casos de verrugas genitales o condilomas acuminados.

¿CÓMO SE TRANSMITE?

  • Por actividad sexual (vaginal, oral, anal y otras)
  • Una persona puede manifestar la presencia del VPH hasta años después de haber tenido contacto sexual con una pareja infectada
  • Es posible contraer más de un tipo de VPH.

¿CUÁNTAS PERSONAS ENFERMAN DE PAPILOMA?

Constituye la enfermedad de transmisión sexual más común en todo el mundo, con cerca de 660 millones de personas infectadas a nivel global.

¿QUÉ ENFERMEDADES CAUSA EL VIRUS DE PAPILOMA HUMANO?

 

CÁNCER DE CUELLO UTERINO

El cáncer de cuello uterino es el segundo tipo de cáncer más común entre las mujeres. Más del 99% de los casos están relacionados con infecciones genitales por el virus del papiloma humano (VPH).

El VPH constituye la enfermedad de transmisión sexual más común en todo el mundo, con cerca de 660 millones de personas infectadas a nivel global.

En el 2012, más de 83,000 mujeres fueron diagnosticadas de cáncer de cuello uterino y casi 36,000 fallecieron por esta enfermedad en las Américas.

Cada año, los distintos tipos de VPH causan aproximadamente 610,000 nuevos casos de cáncer. La mayoría –cerca de 530,000 casos, según estadísticas del año 2008– corresponde a tumores de cuello uterino.

Existen más de 150 variedades de VPH conocidas. Afectan las membranas mucosas o las capas húmedas que cubren los órganos y las cavidades del cuerpo que están expuestas al exterior como la vagina y el ano. Las cepas 16 y 18 del VPH son responsables de la mayoría de los casos de cáncer asociados a este virus.

Al menos la mitad de la gente sexualmente activa contraerá VPH en algún momento de sus vidas; de ellas, unas pocas mujeres desarrollarán cáncer de cuello uterino.

Al principio, el cáncer de cuello uterino puede no causar signos ni síntomas, pero cuando ya está avanzado puede provocar sangrado o secreciones vaginales anormales, como pérdida de sangre después de haber tenido relaciones sexuales.

La mejor forma de prevenir el contagio del VPH es la vacuna. Existen dos y ambas protegen contra los principales tipos del virus que causan cáncer de cuello uterino, vaginal y de vulva (16 y 18). Pero una de ellas, además, previene contra los tipos 6 y 11, responsables de la mayoría de los casos de verrugas genitales, otra de las complicaciones que puede generar el VPH.

La vacunación contra el VPH de niñas y adolescentes puede prevenir alrededor de un 70% de los casos de cáncer de cuello uterino.

Existen dos tests que pueden prevenir el cáncer de cuello de útero o detectarlo precozmente y así poder tratarlo a tiempo: el Papanicolau (o Pap), que busca lesiones precancerosas (cambios en las células) en el cuello uterino y se recomienda a partir de los 21 años; y el test de VPH, que busca directamente la presencia del virus en el organismo y es aconsejable a partir de los 30 años. Un resultado normal en ambos brinda la tranquilidad de que sus chances de desarrollar cáncer de cuello uterino en los próximos años es muy baja.

CÁNCER ANAL

El cáncer es una enfermedad que se produce cuando células de alguna parte del cuerpo comienzan a crecer sin control. En el caso del cáncer anal, éste se manifiesta a partir del crecimiento descontrolado de las células que se encuentran alrededor de la apertura del canal anal, en el tejido que se encuentra justo antes de esa apertura o en el interior del canal anal. No se incluyen dentro de este grupo los tumores que afectan a la piel que rodea la abertura del ano.

El cáncer anal es poco frecuente, mucho menos frecuente que otros tumores del tracto digestivo como el cáncer de colon o de recto. Sin embargo, ya desde hace unos años se observa un incremento en el número de nuevos casos que se diagnostican anualmente. Según estimaciones de la Sociedad Americana del Cáncer, en Estado Unidos durante el 2013 hay cerca de 7,060 nuevos casos y cerca de 880 muertes. Por otra parte, un estudio realizado en Puerto Rico mostró que ha habido un incremento del 26.7% del cáncer anal en varones en los 90 y los primeros años de la década del 2000.

El cáncer anal afecta principalmente a las personas adultas, con una edad promedio de 60 años. Además, se trata de una enfermedad que se observa más entre las mujeres que entre los varones. El 95% de los casos está asociado a la infección por el virus del papiloma humano (VPH).

Existen varios factores de riesgo que incrementan las posibilidades de desarrollar cáncer anal. Los más importantes son: ser mayor de 50 años de edad; fumar; tener múltiples parejas sexuales; practicar sexo anal en forma receptiva; experimentar con frecuencia enrojecimiento, inflamación o dolor anal; tener fístulas en el ano; y estar infectado con el virus del papiloma humano (VPH).

De los distintos tipos de tumores anales, los más frecuentes son los llamados carcinomas de células escamosas, que derivan de las células escamosas que se encuentran en el margen anal y de la mayor parte del canal anal. La mayoría de los carcinomas de células escamosas anales están asociados a la infección por VPH, el mismo virus que causa cáncer cervicouterino en las mujeres; de hecho, las mujeres que han tenido cáncer cervicouterino tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer anal.

En la actualidad, existe una vacuna que previene el cáncer anal asociado a la infección por el virus del papiloma humano; se trata de la vacuna tetravalente, que está indicada tanto en mujeres como en varones. La edad recomendada para su aplicación son los 11 a 12 años, previo a que el niño o niña haya iniciado su vida sexual. La vacuna también puede ser aplicada en mujeres de hasta 26 años de edad y varones de hasta 21 años de edad, que no recibieron la vacuna cuando eran más jóvenes.

Algunos síntomas asociados al cáncer anal son: sangrado anal o rectal; dolor o sensación de presión en la zona; picazón en la zona; la presencia de protuberancia en la región anal; o un cambio en los hábitos evacuatorios. Aun así, se estima que un 20% de los cánceres de ano se desarrollan sin causar síntomas.

El diagnóstico del cáncer anal se basa en un examen físico y un historial médico del paciente, junto con un examen rectal digital. Otros métodos que pueden ser de utilidad para llegar al diagnóstico son la anoscopía, la rectoscopía, el ultrasonido endoanal o endorectal, y la biopsia de tejido rectal.

VERRUGAS GENITALES

Las verrugas genitales constituyen una enfermedad de transmisión sexual causada por el Virus del Papiloma Humano (VPH). De hecho, son el signo más fácil de reconocer de la infección por VPH en el área genital. Dependiendo de su tamaño y localización, en algunos casos las verrugas pueden dar comezón o ser dolorosas. Las verrugas genitales son abultamientos blandos, húmedos, de color rosado o del color de la piel. En las mujeres, suelen aparecer dentro o alrededor de la vagina, en el cuello uterino o alrededor del ano. En los hombres, las verrugas genitales son menos comunes pero pueden presentarse en la punta del pene.

Aunque en forma menos frecuente, las verrugas pueden aparecer en la boca o en la garganta; esto ocurre cuando la transmisión del VPH se ha dado a través del sexo oral.

El virus que causa las verrugas genitales se contagia al tener relaciones sexuales orales, vaginales o anales con una pareja infectada con el Virus Papiloma Humano. Si bien el uso correcto del preservativo reduce enormemente el riesgo de transmitir o contraer el VPH, no lo previene por completo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en todo el mundo hay unos 660 millones de personas infectadas con el VPH. Los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades, de los Estados Unidos (CDC), estiman que las verrugas genitales están presentes en 1 de cada 100 adolescentes y adultos sexualmente activos en los Estados Unidos. Sólo en los Estados Unidos, unas 360,000 personas contraen verrugas genitales cada año.

Existen dos vacunas disponibles que son altamente efectivas en la prevención de la infección con los tipos 16 y 18 del VPH (considerados de «alto riesgo» responsables de casi el 70% de los casos de cáncer cervical). Sólo la vacuna recombinante tetravalente es efectiva además en la prevención de los tipos 6 y 11 de VPH que causan el 90% de las verrugas genitales.

No existe cura para el VPH, pero sí tratamiento para los problemas de salud que algunos tipos de VPH pueden causar, como verrugas genitales. En algunos casos, las verrugas pueden desaparecer espontáneamente. En otros, deben ser tratadas o eliminadas por el médico. En todos los casos, aunque las verrugas desaparezcan o sean removidas, como el virus del VPH permanece en el cuerpo de la persona, las verrugas pueden reaparecer.

Australia fue el primer país del mundo en incluir el uso rutinario de la vacuna recombinante tetravalente en adolescentes y mujeres jóvenes para la prevención del VPH dentro de su programa nacional de vacunación. Recientemente, investigadores australianos publicaron en la versión on line del 13 de abril de la prestigiosa revista British Medical Journal un análisis sobre el efecto en los primeros 5 años de la introducción de la vacuna tetravalente y su impacto sobre los nuevos casos de verrugas genitales que reveló que la proporción de mujeres diagnosticadas con verrugas genitales se incrementó durante el periodo de pre-vacunación de 8.9% en 2004 a 9.6% en 2007, y después se redujo en el periodo de vacunación a 2.7% en 2011.

Además de causar verrugas genitales, el Virus del Papiloma Humano (VPH) es la principal causa de los casos de cáncer cervicouterino, considerado el segundo cáncer más frecuente entre las mujeres: En el 2008, se diagnosticaron 529,000 nuevos casos y 274,000 muertes debido al cáncer cervicouterino. Más del 85% de las muertes ocurren en países en desarrollo.

BIBLIOGRAFÍA

 

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